jueves, 24 de diciembre de 2020

Ochenta[s] -espíritu navideño-

 

Escucho después de tanto tiempo “Girlfriend in a Coma”. Inevitablemente se abren ciertas sensaciones muy agradables y también tristes, como los propios contrastes de la canción. Además, hay allí una melodía que ilumina esos días de gloria. Me traslada a una época que se fue sin darme cuenta. Escucho esa canción de los Smiths y siento que me encantaría volver allí, aunque sea una vez, un pequeño instante, para sentir esa frescura del mundo por descubrir. Mi hijo me confesó recientemente que le gusta la música que le ponía en el auto, que por cierto está cargada de temas de esas etapas. Soy de los que se prende enseguida a esas radios pensadas para nosotros, los que nos colgamos de la nube nostálgica. Expresamente me dijo José: “esa música me hace sentir que el tiempo se pasa más rápido”. Más rápido. ¡Maravilloso! Imposible mejorar esa definición de esa época marcada por los ritmos pop en sus distintas variantes. Se me vienen inmediatamente “Sunday Bloody Sunday” -U2-, “Close To Me” -The Cure-; “Forever Young” -Alphaville-, “Happy Hour” y “Build” -The Housemartins-, “Hold me Now” -Thompson Twins-, “Everyday is like Sunday” -Morrissey-, “Héroes” -la versión de Fricción-, “Perdiendo el Control” -Miguel Mateos Zas-, “Modelo del Cincuenta y Seis” -Casanovas-, “Ella vendrá”-Don Cornelio y la Zona- y tantas otras que marcaron tantos momentos. Ahora los redescubro -y me encuentran- en esta pandemia, de tiempos tan atiborrados, espesos y largos. Efectivamente, tal como me expresó José, aquel tiempo era veloz y esa música te hacía volar, te hacía recorrer el mundo mil veces. Se rompía el reloj y se abrían las ilusiones con sus perdiciones, las alegrías con sus desdichas, el amor con su colapso. “…Ahora estás llorando en sueños, me gustaría que nunca hubieras aprendido a llorar. No vendas los sueños que deberías estar conservando, puros y simples a todas horas…”, ese era el espíritu tan bien descripto en “Pure” -The Lightning Seeds-. La vida misma por vivir. Insatisfacción por lo que faltaba. La ciudad de La Plata ardía en nuestros corazones. Hoy, desde las distancias impuestas por la crueldad del mundo, me reconcilio con aquel joven que vagaba por las calles con el corazón hambriento, lleno de sueños e incertidumbres. Todo se impregna de un sentimiento lleno de vida, de nacimiento, de verdades que brotan y renuevan, precisamente, la esperanza. NAVIDAD. Y, una vez más, “…I'm ready to grow young again…”.

Play List: Ochentas

1 comentario:

  1. Impecable Juan, mientras leía me trasladé automáticamente a esas épocas maravillosa en la qué cómo siempre digo, fuimos absolutamente afortunados! Qué gran definición de tú hijo José.
    Me alegra mucho leer ésto Juan, me hace bien.
    Te mando un fuerte abrazo y feliz navidad para vos y toda la familia!

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