sábado, 14 de noviembre de 2020

Testimonios

Juicio de las brigadas de Banfield, Quilmes y Lanus. 10 de noviembre 2020. Durante las declaraciones de Adriana Calvo y Cristina Gioglio se pudo experimentar una especie de golpe temporal que nos devolvió a los orígenes de lo que fueron los juicios de lesa humanidad, y, desde allí, recobrar mucho de la sensibilidad y empatía que permitió abrir ese camino.

Son testimonios que entrecruzan el relato del propio dolor con la labor de reconstrucción y significación de todo lo vivido por el conjunto de victimas, explicando detalladamente las aristas del sistema de desapariciones. 
Dieron razones donde se  quería confusión.  Por ejemplo, el sentido por el cual algunas víctimas eran liberadas: expandir el miedo y el terror, para paralizar a la familia, a la sociedad, neutralizando esa reacción social tan necesaria, explicó muy bien  Adriana Calvo.
Pero esa parálisis no sucedió, y esos testimonios son muestra elocuente. El sistema no pudo desaparecer esa reacción, no pudo impedir que esas mujeres recondujeran ese sentir de miedo y dolor en un pedido inclaudicable de Justicia, para si y para todas las víctimas, transversal a las generaciones que hoy continúan esa lucha.
Pudimos apreciar en esas declaraciones, de hace más de diez años, valor y dignidad, convicción y sentimiento. Ante jueces y funcionarios inexpertos a esa altura, que estaban aprendiendo a preguntar y sobre todo a escuchar. 
Todos y todas seguimos aprendiendo eso hoy. 
 
 

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